Mensajes preliminares del MSC
para la reunión virtual de la Mesa y el Grupo asesor del CSA
sobre el Covid-19 y sus impactos sobre la seguridad alimentaria y la nutrición
19 Marzo 2020
Descarga aquí las contribuciones del MSC
Aspectos sobre el impacto de la crisis del coronavirus en la seguridad alimentaria y la nutrición:
- Agradecemos al presidente del CSA y a la secretaría la organización de la reunión; deseamos transmitir también nuestro agradecimiento al Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición (GANESAN) por la nota y las recomendaciones que han elaborado; el MSC celebró consultas en los últimos días y tenemos una serie de puntos fundamentales basados en las recomendaciones elaboradas por el GANESAN;
- La crisis del Covid-19 refleja la importancia de la salud como bien público y la gran importancia que reviste contar con un sector público y políticas públicas que puedan garantizar de manera efectiva el derecho a la salud en general y, en especial, en situaciones excepcionales. Los sistemas de salud pública deben ser una prioridad para todos los países, incluso una vez concluida la crisis. En estas situaciones excepcionales, la mayoría de la gente entiende la necesidad y la pertinencia de contar con un enfoque basado en los derechos humanos. La salud y la alimentación no son simples productos básicos ni productos orientados al beneficio financiero.
- En esta crisis, como en todas las demás, las personas tienen que ser lo primero. Los productores de alimentos y el personal sanitario están entre los agentes más importantes a la hora de hacer frente a la crisis. Mientras hablamos, los productores a pequeña escala de todo el planeta son los que aseguran la resiliencia de sus comunidades y sus países. Al mismo tiempo, están entre las personas más expuestas y afectadas por la crisis.
- Las mujeres asumen gran parte de las luchas contra la crisis en el sector de la salud humana, en los sistemas alimentarios –a menudo prestan cuidados no remunerados– y en todas las dimensiones en que las sociedades y las comunidades resisten ante esta crisis mundial. El respeto y la protección de los derechos de las mujeres deben ser primordiales en todas las respuestas eficaces a la crisis.
- Dada la inmensa contribución que realizan los productores a pequeña escala, los agricultores familiares, los pueblos indígenas, los pastoralistas, las mujeres, la juventud, los pescadores artesanales, los consumidores y las personas pobres que viven en los medios urbanos para alimentar a las personas, y puesto que son quienes están en primera línea de exposición frente a la pandemia del Covid-19, las políticas públicas deben centrarse en brindarles apoyo para luchar contra las consecuencias de la crisis.
- Estas políticas y medidas públicas deben ser muy concretas en el caso de cada sector afectado: para los trabajadores agrícolas y alimentarios suponen asegurar el acceso a la asistencia médica, al agua potable y al agua destinada al saneamiento, así como garantizar los ingresos en caso de baja por enfermedad y detener medidas como las ejecuciones hipotecarias, las subastas de viviendas y los cortes en los suministros hídrico y eléctrico debido a las deudas contraídas por las familias, en especial en las zonas rurales.
- Cabe recordar que entre las personas más afectadas y vulnerables de todo el mundo se encuentran las personas de edad, los migrantes, los refugiados y todas aquellas personas que viven en situaciones de conflictos y crisis prolongadas. Todas esas personas se enfrentan a un futuro catastrófico. Debe prestárseles atención prioritaria en todo el mundo y ofrecérseles una respuesta política eficaz.
- Las personas más pobres serán las más afectadas. Nos hacemos eco de las preocupaciones expresadas por la FAO, entre otros, en relación con los países en desarrollo que enfrentan obstáculos especialmente problemáticos y requieren apoyo para satisfacer las necesidades en materia de salud y sistemas alimentarios. La solidaridad desde la base y las medidas de apoyo intergubernamentales en todo el planeta nos ayudarán a superar la crisis.
- En esta pandemia podemos aprender mucho sobre las grandes vulnerabilidades y riesgos que asumen los sistemas industriales globalizados, incluidos los sistemas alimentarios globalizados cuando entran en tensión. Lo que suele conocerse como eficiencias está maximizando la catástrofe. La crisis generará una conciencia mucho mayor sobre el riesgo de globalización en términos de dependencia exagerada de la medicina, los alimentos y otros bienes esenciales que se producen en otros lugares del mundo donde parece que resultan más baratos. Esas victorias que ha reportado la globalización a algunas personas pueden suponer un elevado costo para el público. Es fundamental crear conciencia sobre los fracasos estructurales del mundo globalizado y de los sistemas gestionados por las empresas, incluidos los sistemas alimentarios. No podemos dejar de subrayar que es necesario transformar los sistemas alimentarios.
- De conformidad con las recomendaciones del GANESAN, el MSC está recabando experiencias de medidas solidarias en todo el mundo, medidas mediante las cuales los campesinos y los agricultores a pequeña escala evitan la especulación con los precios de los alimentos y distribuyen semillas, y en las que los consumidores y las comunidades colaboran estrechamente para asegurar que todas las personas cuentan con suficientes alimentos, suministrados a través de circuitos cortos, donde las personas ayudan a sus progenitores y vecinos a obtener sus alimentos.
- Este tipo de profunda solidaridad en las comunidades y sociedades, dentro de los países y las regiones y entre ellos, es lo que necesitamos en este momento y también nos hará falta en un futuro próximo.
- El CSA ha elaborado orientaciones y recomendaciones en materia de políticas que son de una pertinencia fundamental en esta situación. Se trata de políticas pública centradas en los agricultores a pequeña escala, que reconocen la función esencial del campesinado y los agricultores en pequeña escala y los pueblos indígenas a la hora de generar resiliencia en sus comunidades, territorios y países. La esencia de nuestro mensaje es que la readaptación local de los sistemas alimentarios y el apoyo público a los mercados territoriales son esenciales ahora mismo para crear resiliencia ante una situación tan dramática.
- Creemos que esos elementos deberían figurar entre los mensajes fundamentales de la declaración del presidente del CSA con respecto a la pandemia y la petición de políticas eficaces que eviten que estas crisis generen aún más hambre, malnutrición, pobreza, desigualdad y conflictos.
- Estas reflexiones preliminares son solo algunas de las que hemos recogido en el seno del Grupo asesor del MSC durante los últimos dos días. La próxima semana contribuiremos a la labor del Comité con un documento más amplio, en consulta con un grupo más nutrido formado por diversos grupos de trabajo y sectores del MSC.
Nos gustaría añadir un punto sobre las implicaciones en los procesos del CSA:
- Creemos firmemente que esta situación debería llevar al CSA a examinar nuevamente su calendario y ralentizar y replantear sus reuniones y procesos para este año.
- La participación física de las delegaciones y su interacción presencial en debates transparentes y colectivos son esenciales. Las aportaciones por escrito o las reuniones virtuales pueden desempeñar una función suplementaria, pero no pueden sustituir a las reuniones de carácter abierto ni al diálogo interactivo.
- En ese sentido, alentamos a la Mesa del CSA a que considere la posibilidad de examinar nuevamente el calendario del Comité en el contexto de esta crisis pandémica.
Por último, por lo que respecta a la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios, el MSC desearía contar con más información acerca de la preparación de la reunión con el enviado especial para la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios, reunión que, de acuerdo con el presidente del CSA se celebrará el 31 de marzo. El MSC espera que, con ocasión de esa reunión, se puedan debatir las preocupaciones relacionadas con la Cumbre.
Antes de ese debate, pedimos a los gobiernos de los distintos países que se pongan en contacto con los sectores de las personas más afectadas por el hambre y la crisis climática para prever un formato verdaderamente democrático, transparente y transformador para la Cumbre de las Naciones Unidas, que nos acerque al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, habida cuenta de que el hambre y la malnutrición se están viendo exacerbados por la pandemia del coronavirus.