12 de octubre de 2021. Roma, Italia. El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de Naciones Unidas puede y debe hacer mucho más para responder a la creciente crisis alimentaria mundial y a los factores que la provocan, dijo ayer el Mecanismo de la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas (MSC).
Este llamamiento a la acción fue formulado en el primer de la 49ª sesión plenaria del CSA que tiene lugar en Roma esta semana, plenaria cuyo telón de fondo son un aumento galopante del hambre en el mundo exacerbado por el Covid-19 y los drásticos impactos de la crisis climática.
“Ha llegado el momento de una transformación radical de los sistemas alimentarios”, dijo Ali Aii Shatu, representante de los pueblos indígenas en el MSC ante los casi 500 participantes a la sesión plenaria
“Necesitamos mayor resiliencia, equidad y sostenibilidad. La pandemia del Covid-19 aún no ha terminado y sus efectos se están sintiendo de forma cada vez más dramática en los países del sur global, cuyas economías están altamente endeudadas y donde la población depende de la importación de alimentos para su seguridad alimentaria.”
La pandemia está teniendo un impacto severo y a largo plazo en la seguridad alimentaria y la nutrición, el derecho a la alimentación y los derechos humanos en general, especialmente de las personas más vulnerables. Está exacerbando las fragilidades e injusticias estructurales existentes en el sistema alimentario y está aumentando las desigualdades dentro de los países y entre ellos. El MSC sostiene que los países más afectados necesitan apoyo y solidaridad a nivel mundial -especialmente por parte del CSA- para ayudar a fortalecer la producción nacional de alimentos, mejorar los vínculos entre productores y consumidores, valorizar los conocimientos tradicionales y establecer niveles satisfactorios de protección social.
En su informe Voces desde los territorios: de la COVID-19 a la transformación radical de nuestros sistemas alimentarios, el MSC ha documentado las acciones emprendidas por diferentes actores en los territorios y autoridades a nivel nacional y regional para hacer frente a los impactos de la pandemia. A nivel mundial, organismos de la ONU como la Organización Mundial de la Salud o la Organización Internacional del Trabajo han desarrollado y adoptado instrumentos políticos y programas relevantes en sus respectivos sectores. Sin embargo, lo que falta hasta ahora es la coordinación global: un proceso que permita reunir las diferentes perspectivas e iniciativas en un enfoque multisectorial y multilateralmente coordinado. Se requiere coordinación, convergencia y colaboración entre el CSA y otros foros internacionales de la ONU en los que se abordan estos otros retos y se defienden los derechos de las personas y del planeta.
“Ahora tenemos suficientes conocimientos, lo que necesitamos es acción”, dijo André Luzzi, representante del grupo de inseguridad alimentaria urbana en el CSA. El CSA es el foro adecuado para hacerlo debido a su carácter inclusivo, su alcance desde lo local hasta lo mundial, su mandato basado en el derecho a la alimentación y el sólido apoyo basado en el conocimiento que proporciona el Grupo de expertos de alto nivel (GANESAN), en particular en su último documento sobre los efectos del COVID-19 en la seguridad alimentaria y la nutrición. “La 49ª sesión plenaria del CSA tiene lugar en un momento histórico. Los gobiernos reunidos en la sesión plenaria deben ponerse de acuerdo e incluir en el plan de trabajo del CSA una acción decisiva para desarrollar una orientación política coordinada a nivel mundial sobre los efectos del COVID-19 en la seguridad alimentaria y la nutrición”, añadió. El Vicesecretario General de la ONU sugirió recientemente que el CSA debería dar seguimiento a los resultados que emergieron en la Cumbre de la ONU sobre los Sistemas Alimentarios que tuvo lugar a finales de septiembre. El MSC no comparte esta opinión. Cientos de organizaciones de la sociedad civil y de los pueblos indígenas coinciden en que la Cumbre fue problemática en muchos aspectos. Según Luzzi, “lo que realmente se necesita es una respuesta por parte del CSA a la creciente crisis alimentaria, a las personas más afectadas por el hambre y la malnutrición, que ayude a los países a apoyar a las personas más amenazadas”.
Contacto para los medios de comunicación
Marion Girard Cisneros, responsable de comunicación del Mecanismo de la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas (MSC) para las relaciones con el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la ONU marion.girard.cisneros@csm4cfs.org
Recursos
- – Más información sobre las demandas del MSC para una respuesta política global a la COVID-19
- – Informe del Grupo de Trabajo sobre Gobernanza Alimentaria Mundial del MSC | Voces desde los territorios: de la COVID-19 a la transformación radical de nuestros sistemas alimentarios
- – Informe del Grupo de Trabajo de Mujeres del MSC | Género, COVID-19 y Sistemas alimentarios: impactos, respuestas comunitarias y reivindicaciones políticas feministas
- – Declaración política del Grupo de Trabajo de Jóvenes del MSC | Reivindicaciones de la juventud para una transformación radical de nuestros sistemas alimentarios