Declaración de solidaridad con el pueblo de Sudán

Julio de 2023.

Leer también: Declaración de solidaridad del Comité de Coordinación del MSCPI con el pueblo de los Territorios Ocupados de Palestina

“No podemos encontrar nuestro sustento diario”, es una frase que la mayoría de los sudaneses repiten estos días en medio de la más reciente guerra que estalló entre fuerzas militares locales movilizadas y financiadas por potencias mundiales y regionales. Más de 1,4 millones de personas se han visto desplazadas hasta ahora en esta ronda de enfrentamientos, incluidas personas que ya estaban refugiadas en Sudán.[1] Dentro o fuera de Sudán, no hay forma de escapar al racismo y la discriminación sistémicos.

“Llevo aquí cinco días y nadie me ha ofrecido trabajo. Ya no tengo dinero y no sé cómo podré conseguir comida”.

Mohammad

Mohammad, un trabajador de la tierra sudanés atrapado en el estado sudanés de Al-Qadarif, explica cómo llegaron para trabajar en las tierras pero siguen sin empleo, y cómo la temporada agrícola de verano está en suspenso debido a las continuas batallas. Miles de personas comparten su misma experiencia y están dispuestas a arriesgar sus vidas trabajando en granjas atrapadas en zonas de conflicto para asegurarse un medio de vida, así como para salvar la temporada, que si se pierde, causará un grave problema alimentario a los refugiados, los desplazados y los que se han quedado en sus ciudades y pueblos. Afectará a su seguridad alimentaria mientras el conflicto siga afectando a su acceso seguro a sus recursos. Estos problemas en el sector agrícola, tanto vegetal como animal, extenderán su impacto a los países vecinos que dependen de las exportaciones agrícolas sudanesas.

Desde que Sudán obtuvo su independencia de la colonización británica allá por 1956, no se permitió al país completar dos décadas consecutivas de paz. El rico país árabe africano conocido en su día como “cesta de alimentos del mundo” se mantuvo deliberadamente incapaz de mantener a su propio pueblo a causa de la guerra, las intervenciones extranjeras imperialistas, la división de su tierra, el bloqueo y las sanciones, así como la corrupción sumada a los problemas medioambientales. El país sigue gravemente empobrecido a pesar de su excepcional riqueza en recursos valiosos como el oro, que hasta hoy se siguen robando y sacando de contrabando fuera de Sudán . Sudán es un claro ejemplo de cómo la riqueza en recursos naturales de los países del Sur global, y de África en particular, se ha convertido en la principal fuente de inestabilidad y empobrecimiento debido a la codicia imperialista sin límites por hacerse con el control de estos recursos. Un Sudán inestable significa que el robo de sus recursos y riquezas, así como el tráfico de seres humanos y el comercio de armas, pueden continuar en sus tierras sin obstáculos.

El Comité de Coordinación del Mecanismo de la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas para las relaciones con el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la ONU expresa su plena solidaridad con el pueblo sudanés y apoya su derecho a un país soberano y estable.

Hacemos un llamamiento a los miembros del CSA y a todos los organismos pertinentes de la ONU y otros actores para que realicen los esfuerzos necesarios para restablecer la paz y garantizar la unidad de las tierras sudanesas, no utilizándolas como campo de batalla para intereses extranjeros, como primer paso para empezar a abordar y prevenir las causas profundas de la inseguridad alimentaria y nutricional en Sudán. También les instamos a aplicar el Marco de Acción para la Seguridad Alimentaria en Crisis Prolongadas (FFA), aprobado por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de las Naciones Unidas a través de:

  1. Satisfacer las necesidades humanitarias inmediatas de los necesitados en Sudán, refugiados y desplazados sin discriminación, y garantizar un acceso seguro y sin obstáculos a la ayuda humanitaria y alimentaria, y que las Naciones Unidas asuman su responsabilidad moral de garantizar que esta ayuda les llegue.
  2. Proteger a los afectados por crisis prolongadas o en riesgo de sufrirlas y centrarse en las necesidades nutricionales.
  3. Crear medios de subsistencia resistentes y promover una financiación eficaz y adecuada para afrontar los retos de la seguridad alimentaria y la nutrición en crisis prolongadas.
  4. Contribuir a la consolidación de la paz mediante la seguridad alimentaria y la nutrición, la gestión sostenible de los recursos naturales y la reducción del riesgo de catástrofes, y el refuerzo de la eficacia de la gobernanza nacional y local.
  5. Apoyar la creación de reservas alimentarias a escala local, nacional y regional.
  6. Apoyar políticas que promuevan los sistemas alimentarios locales como componente clave del desarrollo y apoyen la resiliencia, en particular garantizando el acceso de los pequeños productores a los recursos productivos y a los mercados.
  7. Promover la seguridad alimentaria en toda la cadena alimentaria para evitar la contaminación y las enfermedades, frecuentes en la ayuda alimentaria que llega a las comunidades afectadas.
  8. Fomentar las compras a productores locales y el recurso a organizaciones locales en la ejecución de programas de ayuda humanitaria y al desarrollo.
  9. No utilizar los alimentos como medio de presión política o económica y la necesidad de abstenerse de tomar medidas unilaterales que no tengan en cuenta el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas, y que pongan en peligro la seguridad alimentaria y la nutrición, tal y como se estipula en la Declaración de Roma de 1996.
  10. Facilitar el retorno de los refugiados a Sudán.
  11. Apoyar la apropiación de los programas por parte de los países afectados y obligar a las organizaciones humanitarias extranjeras a trabajar a través de las instituciones estatales para no socavarlas ni crear sistemas paralelos, así como utilizar organizaciones locales en la ejecución de los programas de ayuda humanitaria y al desarrollo.

[1] https://reliefweb.int/report/sudan/sudan-clashes-between-saf-and-rsf-flash-update-no-14-28-may-2023-enar


“Denunciamos la agresión israelí en Gaza y expresamos nuestra solidaridad con el pueblo palestino”

En la madrugada del martes 9 de mayo de 2023, las fuerzas israelíes lanzaron un duro asalto contra tres complejos residenciales de la Franja de Gaza. Un escuadrón de 40 aviones de guerra fue desplegado en este asalto contra las residencias densamente pobladas. La consecuencia inmediata fue la trágica pérdida de 13 vidas palestinas y numerosxs heridxs, entre ellxs 7 niñxs y 3 mujeres. Con el inicio de esta operación militar en Gaza, el número de muertxs ha superado lxs 30, con 24 mujeres y niñxs entre las víctimas, y muchxs más en estado de conmoción y angustia.

El asalto se inició mientras lxs residentes dormían y sin que hubiera sucedido previamente ningún acontecimiento significativo. Familias enteras fueron arrasadas mientras dormían, un acto perturbador que subraya la gravedad de la atrocidad cometida contra civiles. Israel justifica el asalto identificando como objetivo a tres activistas relacionados con la Yihad Islámica, sin tener en cuenta que vivían con sus familias en edificios residenciales. Este acto es uno más de la serie de transgresiones cometidas por las fuerzas israelíes contra el pueblo palestino, que lleva 75 años luchando por su libertad.

Esta agresión en curso, que ya alcanzó su cuarto día, también ha tenido como objetivo las comunidades agrícolas y las tierras de cultivo de las zonas fronterizas y ha impedido constantemente a lxs pescadores aventurarse en el mar. Desde el comienzo del asalto, las fuerzas israelíes han bombardeado continuamente miles de acres de tierras agrícolas, impidiendo a lxs agricultores acceder a sus campos. Esto ha infligido importantes pérdidas a la comunidad campesina, lo que ha provocado una grave escasez de alimentos, sobre todo verduras, de los que depende toda la Franja de Gaza.

Durante los últimos cuatro días, las fuerzas israelíes han bombardeado sin descanso zonas residenciales de toda la Franja de Gaza, mostrando un alarmante desprecio por la población civil, compuesta principalmente por mujeres y niños. La Franja de Gaza lleva más de 16 años sometida a un bloqueo severo que ha provocado la muerte de cientos de palestinxs debido a la escasez de medicamentos esenciales y atención médica.

Nosotrxs, en La Vía Campesina y el Comité de Coordinación del MSCPI, condenamos vehementemente estos actos brutales e instamos a los pueblos libres del mundo a apoyar activamente, de todas las maneras posibles, la lucha del pueblo palestino por su liberación. La comunidad internacional debe eliminar su doble estándar a la hora de tratar esta ocupación.

Exigimos el fin de la ocupación y la libertad para el pueblo palestino en resistencia.

Comité de Coordinación del Mecanismo para la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas (MSCPI), julio de 2023.

Esta declaración también está disponible en Árabe

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