• El grupo de trabajo sobre Mujeres y Diversidad de Género del Mecanismo de la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas (MSCPI) publicó una declaración en la que pide a los Estados miembro del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de las Naciones Unidas que busquen un acuerdo para lograr directrices pioneras en materia de igualdad de género en el contexto de la seguridad alimentaria y la nutrición.  
    • La declaración exige un amplio e inclusivo proceso de Directrices Voluntarias del CSA con el apoyo de especialistas en una amplia gama de cuestiones que se intersectan e impiden la realización del derecho a la alimentación. 

24 de noviembre de 2022, Roma, Italia.  A nivel mundial, la prevalencia de inseguridad alimentaria es mayor en las mujeres que en los hombres. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió recientemente que en el 2021 casi el 32% de las mujeres del mundo padecen inseguridad alimentaria moderada o grave, frente al 27,6% de los hombres. Una de las causas más importantes de esta creciente brecha está relacionada con la violencia sexual y de género (VSG). 

Hemos demostrado cómo la violencia sigue formando parte de nuestra vida cotidiana. Hemos demostrado cómo se intersecta con otras formas de opresión, impidiéndonos acceder a los recursos naturales, producir y acceder a los alimentos con dignidad“, expresa la declaración publicada por el Grupo de Trabajo de Mujeres y Diversidad de Género del MSCPI (GT MDG)

La violencia de género (VG) tiene consecuencias graves y negativas para las víctimas,  supervivientes y sus familias y comunidades, y tiene un impacto devastador en la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y la nutrición (FAO, 2017).  La violencia puede manifestarse de forma física, sexual y psicológica. Glorene Das, coordinadora del Grupo de Trabajo, y la Asian Women Rural Coalition, describió recientemente una forma emergente de abuso que consiste en privar a las mujeres de alimentos en el lugar de trabajo, seguida de confinamiento forzado, impago de salarios y jornadas laborales excesivamente largas.

Como el caso de Suri, nombre ficticio de una trabajadora doméstica indonesia, quien fue rescatada y hospitalizada el año pasado por una grave pérdida de peso. Su empleador sólo la alimentaba con fideos instantáneos tres veces al día, y a veces recibía arroz y pan, o ningún alimento. De acuerdo con Glorene, en todo el mundo hay al menos 67 millones de trabajadoras domésticas, y muchas se encuentran en la misma situación.

Los impactos negativos de la violencia de género conducen a un aumento de la pobreza, creando así un ciclo de subdesarrollo, pobreza y violencia que se refuerza (UNGA, 2006). Además, debido a que afecta principalmente a las mujeres y las niñas en edades productivas (15-45), la violencia de género perpetúa la desigualdad de género, con lo que el progreso en la reducción de la pobreza se estanca aún más (FAO, 2017).

La pandemia del COVID-19 interrumpió la formulación de nuevas leyes y estrategias para la realización de los derechos humanos de las mujeres y del colectivo LGBTQI+ y, en algunos casos, revirtió muchos de los logros alcanzados con mucho esfuerzo en las últimas décadas. Como el testimonio recibido a través de las consultas regionales del MSCPI, de Leonida Odongo, de Kenia, de la organización Haki Nawiri y del grupo de trabajo de Mujeres y Diversidad de Género del MSCPI: 

También se registró el aumento de los casos de violencia de género, en particular sobre las mujeres y las niñas. En el caso de las niñas, esto se tradujo en embarazos en la adolescencia, algunas de ellas aún no han vuelto a la escuela, otras se han casado, especialmente las que quedaron embarazadas por familiares (el incesto es un tabú en la mayoría de las comunidades africanas). El cierre de los mercados aumentó la dependencia de las mujeres de los hombres en los hogares, los mercados eran fuentes de ingresos para las mujeres que se dedicaban al comercio minorista. Los mercados se cerraron. Con el cierre de los tribunales físicos y el paso a los virtuales, muchas personas no pudieron acceder a la justicia debido a los aplazamientos, las mujeres tuvieron que permanecer en los mismos hogares con sus agresores, lo que las hizo más vulnerables“.

La Organización Mundial de la Salud ha encontrado que en promedio una de cada tres mujeres en el mundo sufrirá violencia de pareja o violencia sexual a lo largo de su vida. El mismo estudio reveló que, en algunos contextos de crisis, la violencia de género afecta a más del 70% de las mujeres (OMS, 2013). Ya es hora de que se establezcan directrices mundiales y marcos jurídicos ambiciosos que puedan poner fin de manera efectiva a la violencia, la discriminación y todas las formas de injusticia contra las mujeres, las niñas y las personas no heteronormativas, en el contexto de la seguridad alimentaria y nutricional, así como en el contexto de los conflictos y la ocupación militar de los territorios.

“Quienes viven en territorios ocupados se enfrentan a diversos problemas, como el desplazamiento forzado, que les impide tener una fuente de ingresos y son siempre las mujeres las que se enfrentan a las mayores dificultades, por ejemplo, en Palestina no pueden acceder a las tierras agrícolas”, expresó Souad Mahmoud, de la Marcha Mundial de las Mujeres. 

Este año, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la ONU, tuvo una excelente oportunidad para desarrollar un instrumento político pionero y de largo alcance. Este es el principal espacio multilateral inclusivo para abordar la inseguridad alimentaria y nutricional. Es el único organismo que prioriza un enfoque de derechos humanos e incluye un mecanismo -el MSCPI- para facilitar la participación de los más afectados por el hambre. A lo largo de 2022, se celebraron negociaciones y debates en el CSA con vistas a elaborar y aprobar las Directrices Voluntarias sobre la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres y las Niñas (GEWGE por sus siglas en inglés). Sin embargo, el proceso fue bloqueado por una coalición de países durante la tercera ronda de negociaciones, lo que impidió su aprobación oficial. La aprobación tendrá lugar probablemente en octubre de 2023, en la 51ª sesión plenaria del CSA.

Las experiencias pasadas demuestran que directrices e instrumentos políticos como estos pueden proporcionar a los gobiernos las mejores prácticas, lecciones aprendidas y enfoques comprobados para las políticas regionales, nacionales y locales.

Estamos convencides de que un verdadero compromiso con la igualdad de género no evita las posiciones divergentes, sino que promueve el debate sobre las cuestiones que se plantean y tiene en cuenta las pruebas disponibles. El CSA debe comprenderlos y abordarlos en su totalidad. Este es el requisito para que el MSCPI continúe con el proceso de convergencia de política“, afirma el Grupo de Trabajo sobre Mujeres y Diversidad de Género del MSCPI a través de la declaración que hasta ahora ha recogido las firmas de más de 450 organizaciones y personas de todo el mundo. Una forma de continuar el proceso de forma inclusiva supondría que el CSA organizara sesiones temáticas especiales donde personas expertas presentaran pruebas que sirvieran de base para los debates y los próximos pasos.

El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Grupo de Trabajo hace un llamado al CSA, a todos sus Estados miembro y participantes, para que refuercen su compromiso llegando a un acuerdo sobre un conjunto de directrices voluntarias que aborden verdaderamente la injusticia estructural y la asimetría histórica de poder que impiden a las mujeres, las niñas y las personas no heteronormativas hacer realidad sus derechos humanos, dentro y fuera de los sistemas alimentarios.

Lea y firme la declaración aquí 

Enlaces relevantes: 

    • Declaración de Dee Woods (Landworkers’ Alliance UK/MSCPI) del Grupo de Trabajo del MSCPI sobre Mujeres y Diversidad de Género en la segunda ronda de negociaciones sobre las Directrices voluntarias del CSA. (inglés)
    Interseccionalidad, igualdad de género y derecho a la alimentación – Evento paralelo del CSA 50 (octubre de 2022)
    • Informe del MSCPI “Género, COVID-19 y sistemas alimentarios: impactos, respuestas comunitarias y demandas políticas feministas” (septiembre de 2020)

Recursos

    • Violencia de género e inseguridad alimentaria: Lo que sabemos y por qué la igualdad de género es la respuesta. CARE. https://www.care.org/wp-content/uploads/2022/11/GBV-food-security-brief_ES.pdf
    • AGNU. 2006. Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer, Informe del Secretario General. UN doc. A/61/122.Add.1 de 6 de julio de 2006.

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