Cuando estalló la COVID-19, era evidente para los miembros del MSCPI que la pandemia estaba desvelando y agravando las vulnerabilidades y desigualdades estructurales existentes en el sistema alimentario industrial global dirigido por el mercado, y exponiendo los riesgos inherentes a las políticas neoliberales que apuntalan este sistema. Años después, estos problemas y riesgos no se han abordado. Las consultas llevadas a cabo por el MSCPI, en las que participaron comunidades de todas las regiones, confirmaron que las condiciones de desigualdad e injusticia de los pueblos determinaban en qué medida se veían afectados por el COVID-19 y las medidas gubernamentales de bloqueo, con las mujeres, los jóvenes, las personas refugiadas y migrantes, lxs trabajadores, lxs productores de alimentos a pequeña escala, los pueblos sin tierra, los pueblos urbanos con inseguridad alimentaria y los pueblos indígenas en la primera línea. Pero las pruebas sobre el territorio también mostraron la fuerza y la resistencia de las respuestas de los pueblos a las múltiples crisis que les afectan, la crisis de la salud pública, la de los precios de los alimentos y la climática. Las comunidades construyeron y reforzaron mecanismos de solidaridad y reciprocidad.
El informe 2020, “Voces desde los territorios: De la Covid-19 a la transformación radical de los sistemas alimentarios“, exigía romper con la orientación neoliberal de las políticas, respetar todos los derechos humanos, poner en práctica la soberanía alimentaria, reafirmar la primacía de la esfera pública y reforzar la gobernanza alimentaria mundial basada en los derechos humanos con el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de las Naciones Unidas en el centro.
En 2022, para actualizar nuestros datos, el MSCPI se dirigió de nuevo a su base con una consulta popular sobre los impactos de las múltiples capas de la crisis alimentaria, sus repercusiones sobre los territorios, y las respuestas y propuestas de las personas. Lanzó un cuestionario junto con consultas virtuales en todas las regiones que implicaron directamente a cientos de organizaciones de la sociedad civil y de los pueblos indígenas, e indirectamente llegaron a muchas más. Como resultado de estas consultas, se publicó el informe “Voces desde los territorios 2: soluciones transformadoras a las crisis alimentarias sistémicas mundiales“. La publicación sintetiza el rico análisis y las recomendaciones que surgieron del proceso de consulta y ofrece resúmenes de los procesos regionales.
Con base en esta evidencia y en alianza con varios Estados miembros del CSA, participantes y agencias de la ONU, el MSCPI ha abogado en las plenarias 48, 49 y 50 del CSA para que el Comité implementara su papel como espacio para desarrollar una orientación política coordinada a nivel mundial para abordar las múltiples dimensiones de estas crisis alimentarias recurrentes y prevenir futuras calamidades. La propuesta ha sido bloqueada en repetidas ocasiones por una coalición de poderosos países exportadores de productos básicos. La guerra en Ucrania confirmó una vez más la fragilidad del sistema alimentario mundial y añadió una nueva capa a la crisis existente.
Ha llegado el momento de responder a las voces de los territorios abordando las causas estructurales y las múltiples dimensiones de las crisis alimentarias actuales de forma coordinada a escala mundial, ¡y el CSA es el lugar adecuado para hacerlo!